Síndrome de burnout: ¿qué es y cómo evitar que ocurra?

El día a día puede provocarnos sensación de agobio, fatiga o angustia por estar sometidos a demasiadas responsabilidades, compromisos o tareas que realizar. Esta sensación de agotamiento, cuando está estrechamente relacionada con la vida profesional, puede provocar un gran desgaste emocional conocido como síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado.

Desde Great Place to Work® te contamos en qué consiste este frecuente síntoma, cuáles son sus fases y cómo poder evitarlo. También te proponemos algunas soluciones para prevenir, evitar o eliminar el síndrome de burnout.


¿Qué es el síndrome de burnout?

El síndrome burnout es la consecuencia o respuesta a una situación de desgaste profesional prolongada en el tiempo. Una gran carga de trabajo, de responsabilidad o de falta de motivaciones profesionales puede llevar a la persona a generar una gran diferencia entre su vida laboral y sus metas laborales.

Es entonces cuando, poco a poco, se puede comenzar a desarrollar un sentimiento de estrés laboral crónico con conductas negativas, desinterés en el trabajo y un sentimiento de agobio constante. El síntoma más importantes que provoca es, normalmente, una sensación de agotamiento emocional que puede llegar a dañar la confianza y autoestima de los profesionales.

Síndrome de burnout: fases y síntomas

A pesar de que el síndrome de que este síndrome puede manifestarse de diferentes formas, momentos y maneras, sus principales síntomas son:

  • Agotamiento físico y mental
  • Sensación constante de fracaso
  • Estrés crónico
  • Baja autoestima y poca confianza en sí mismo
  • Nervios constantes
  • Problemas de concentración
  • Dolor de cabeza o migrañas
  • Actitud negativa y comportamientos agresivos
  • Insomnio
  • Taquicardias o aceleración del pulso
  • Desmotivación, aburrimiento y absentismo laboral
  • Irritabilidad
  • Comunicación pobre o mala

Como puede verse, además de síntomas de índole mental, podemos observar algunos otros que se manifiestan afectando a la salud física de la persona. Además, algunos de estos síntomas pueden afectar a la relación de la persona con sus compañeros, afectando al entorno laboral en que se encuentran.

Hay que tener en cuenta que, a pesar de que los síntomas son bastante evidentes, puede ser que el trabajador no sea capaz de percibir que está sufriendo dicho síntoma. Además, normalmente se desarrolla de manera paulatina en diferentes fases o etapas:

  1. Fase inicial: es la primera etapa en la que se produce un entusiasmo desmesurado. Suele ser el momento en el que comienzan las primeras señales y alarmas.
  2. Fase de estancamiento: comienzan las inseguridades sobre la capacidad de uno/a mismo/a para cumplir con las exigencias y demandas laborales. Es en esta fase cuando comienza a aparecer el estrés.
  3. Fase de frustración: la falta de motivación por el trabajo o el alto nivel de carga laboral hace que la persona tenga un sentimiento de vacío y frustración.
  4. Fase de apatía: es la etapa central del síndrome de burnout. Por lo general, conlleva acciones drásticas por parte del trabajador o de la trabajadora ya que la falta de interés se agudiza y su ritmo de trabajo es menor. El desgaste profesional aumenta y comienzan los primeros síntomas de cambios emocionales, conductuales e incluso físicos.
  5. Fase de quemado: el profesional sufre una constante sensación de colapso emocional y cognitivo. Es en esta fase cuando pueden sucederse importantes problemas de salud y alteraciones en la rutina laboral.

Hay que tener en cuenta que las diferentes etapas mencionadas no tienen por qué ser consecutivas ni interfieren de la misma manera en todas las personas.


¿Cómo evitar el síndrome de burnout laboral?

La prevención es la mejor manera de no caer en las consecuencias que el síndrome de burnout puede acometer en nuestra vida diaria. Por ello, es importante que las empresas evalúen de manera periódica las diferentes situaciones que pueden generar ansiedad o estrés en sus trabajadores y trabajadoras. Además, es fundamental que, una vez analizadas, se propongan soluciones efectivas con las que intentar reducir esa situación. Del mismo modo, es necesario dotar a la plantilla de diferentes métodos, herramientas y formas de organización con las que pueda realizar sus tareas diarias de manera organizada.

Por parte de las personas trabajadoras, deben ser capaces de crear una buena comunicación con sus responsables directos y con el resto del equipo. De esta manera, podrán compartir cómodamente cuando la carga de trabajo es desmesurada, solicitar ayuda o proponer nuevos métodos de trabajo que favorezcan la agilidad laboral del día a día.

Por otro lado, es necesario que trabajadores y trabajadoras establezcan un equilibrio propio entre sueños, metas y realidad para no caer en expectativas laborales imposibles de alcanzar. Es necesario que, día a día, cada persona continúe aprendiendo y encontrando motivación adicional en su puesto de trabajo. Además, cada persona también puede crear y establecer técnicas individuales de autocontrol y afrontamiento o poner en práctica estrategias y métodos organizacionales.

Conseguir evitar que los empleados y empleadas se «quemen» es una obligación que todas las empresas deben establecer como prioridad en sus estrategias empresariales. Además, los empleados y empleadas deben ser conscientes de esta situación, aprender a identificarla y gestionar las consecuencias que pueden generarse.

Aunque desafortunadamente el síndrome de burnout suele aparecer con frecuencia por una rutina laboral inadecuada, no tiene por qué ser así si el trabajo es realizado de manera organizada, con motivación y gestionando adecuadamente cualquier sensación de malestar que el día a día pueda generar.